El Llamado
- Minerva Rodriguez
- 14 ene 2017
- 3 Min. de lectura

¿Cómo comenzamos? ¿Dónde comienza la necesidad de saber mas allá de lo que creemos que somos? ¿Cómo nos damos cuenta que estamos siendo llamados? Sucede tal cual como si nos llamaran al celular. Suena y suena y nosotros lo atendemos o no... Muchas personas pasan años sin contestar el teléfono, otros apenas suena y así nos sucede en la vida, ponemos las cosas en "hold" o las tomamos. En el mundo espiritual sucede igual, sentimos que algo mas grande que nosotros mismo nos esta invitando a atenderle, muchas veces nos asustamos porque evidentemente es algo desconocido. Nos da miedo escuchar lo que tienen que decir y el regalo que trae para nosotros, un regalo que no siempre viene envuelto en papel de regalo. ¿Qué pasa cuando nos atrevemos y contestamos? Pues comienza la aventura del descubrimiento. Empezar a develarnos a nosotros mismo es el camino hacia la iluminación. Poco a poco vamos re-descubriendonos, nos vamos dando cuenta quienes somos internamente, pero no solo las cosas bonitas y con luz, sino también lo que se esconde en lo oscuro, quienes somos completos; luz y oscuridad. Cuando estudié en Chile, lo primero que me explicaron fue este llamado. Cuando atendemos y aceptamos el viaje entonces comienza la noche oscura del alma, y se llama así porque nos adentraremos en lo mas oscuro de ella. Y luego de eso volvemos a nacer transformados, pues hemos incorporado una parte de nosotros que habíamos olvidado, y ahora tenemos el poder para ser los héroes de nuestras vidas, y hacer lo que verdaderamente queremos hacer. En mi caso me llamaron varias veces. Me mostraron el camino muchas veces, pero yo no tenía la valentía suficiente para tomarlo, o no había tocado fondo aún... ¿Cuándo comenzó mi llamado? Tengo el momento exacto y soy fiel creyente que todos tenemos el momento exacto. Es muy claro, es muy simple. Yo llegue a un punto en mi vida en el que nada me hacia sentido, no me hacia sentido quien yo era, ni donde vivía, ni el mundo. Me sentía como un zombie deambulando sin pulso. Nada en mi vida tenia sabor, ni color. Yo sentía que estaba muerta en vida. Termine en la sala de un psiquiatra con pastillas para tratar la ansiedad y los ataques de pánico. Vivía dentro de una horrible depresión. Y fue ahí en ese preciso momento cuando por un segundo tuve una visión clara, de que esto no podía ser así y que necesitaba despertar. Había algo dentro de mi que pegaba gritos, algo decía que necesitaba mostrarse y salir. Recuerdo que mi psiquiatra me dijo "Tranquila lo único que tienes es que dos neuronas en tu cerebro no logran comunicarse y por eso es que tienes ansiedad y ataque de pánico" y yo le conteste "Los que no logran conectarse son mi mente y mi corazón". Ellos estaban teniendo una batalla campal entre lo que "debería ser" (mente) y lo que "deseaba ser" (corazón). El deber ser la niña perfecta, con el trabajo perfecto y la vida perfecta. Y mis deseos mas profundos, guiar a otros por medio de herramientas espirituales, entrenarme en esa área aunque nadie este de acuerdo, aunque no me entiendan, aunque pierda a seres queridos y amistades que tanto me costaron tener (cuestan cuando no eres tu misma). Y entonces luego de buscar ayuda y entrenarme en lo que verdaderamente quería hacer, aquí estoy atendiendo el llamado, diciendole que sí. Yo creo que las llamadas son varias, creo que decidimos contestar todos los días. Esto es un trabajo de conciencia, de mantenerse conectados siempre, y la unica forma es conociéndonos, sabiendo cuales son nuestras propias trampas, dándonos cuenta y con amor volviendo a contestar nuestro llamado. -Minerva Rodriguez
Comments