Quienes Somos
Desde muy pequeña estuve conectada a grandes interrogantes, percibía que este mundo no es sólo lo que vemos y que definitivamente había algo mucho más grande y poderoso, y que así como existe afuera ese poder existía en mi.
Aunque me gradué como Administradora de Empresa en Nova Southeastern University, Florida, me di cuenta que aún sentía que no había llegado a encontrar mi pasión, y que faltaba en mi esa conexión con la chispa divina. Por lo que comienzo la búsqueda de lo que verdaderamente quería crear y hacer. Siempre sentí que estábamos aquí para algo mucho mas grande y que estar al servicio de otros era algo muy importante para mi. Por lo que decidí irme a Chile, la cuna donde se creó la técnica del Coaching Ontológico Integral, y aprender a estar al servicio de todo ser humano que deseara ser acompañado en un proceso de transformación.
Luego de dos años y entrenarme en varias técnicas ontológicas y prepararme en otras técnicas energéticas como Reiki, me he dedicado a hacer multiples talleres de expansión de conciencia a través de mis aprendizajes y acompaño de forma Online a personas de varios países.
¡Acompañar a otros a recordar su felicidad es mi gran pasión!
Minerva Rodriguez Gebran
Life & Spiritual Coach
Javier Henriquez Paneyko
Spiritual Coach
Estoy por cumplir 30 años dentro de una existencia de millones de años ¡que divertido! Pero quien está contando…
Nací como todos, indignado de que había decidido encarnar otra vez en este escenario (¿a que juega mi ser?, será masoquista), recuerdos de glorias pasadas con vidas extraordinarias y otras no tanto, todo comprimido en un niño con carácter expresivo que con el avance de los años mantuvo su memoria.
Ya a los 4 años vivía dos vidas paralelas, la cotidiana sumida en el sistema y la mágica llena de sucesos con seres invisibles para la mayoría. Emocionalmente inmaduro y cansado de no encajar a los 13 años tome la decisión de cerrar mi espíritu, y me dedique a ser común. Terminando los 22 años todo lo que me negué por tanto tiempo vino galopando de golpe y para bien o para mal desperté del sistema al que me había entregado. En pocas semanas recuperaba mi sentir y mi visión expandida de la realidad, madurando emocionalmente de manera acelerada a los 25 años acepte lo que de niño ya sabía, vine a servir en el despertar de la humanidad.
¡Y a ser infinitamente feliz en el transcurso!
